Monday, March 7, 2011

Homenaje a Don Rodolfo Espadas Castillo

Me tome la libertad de poner este escrito que hizo mi sobrina Elba Doria, como homenaje a mi papá el día de la Familia, 6 de Marzo del 2011, pero tambien coincidió con mi cumpleaños.

Don Rodolfo Espadas Castillo.

Don Rodolfo Espadas Castillo, ¡ay, Don Rodolfo!, precisamente el día de hoy me acordaba de usted, un señor tan ejemplar, una persona tan brillante, supiste pulirte hasta hacerte un diamante, comenzando solo como un trocito pobre de carbón, te hiciste de la nada, de lo pequeño te convertiste, era usted alguien increíble.
Pocas veces fueron, Don Rudy, las que le oí hablar de su pasado, yo conozco su historia porque es muy bonita, tanto, que mi madre y mis tíos la relataban a mí con gallardo orgullo y poca modestia, no cabe duda que ser sus hijos lo consideraban un privilegio, pero dime ¿quién no iba a considerarlo así?, tan nobles usted y Doña Noemí, su esposa, son un ejemplo a seguir para cualquiera.
Y una vez más me gustaría recordar su historia, y que todos la conozcan porque ésa historia, es de las más bellas que he escuchado, porque desde que comienza, en aquellos humildes orígenes suyos de los que nunca usted se avergonzó y que al contrario, conservó siempre aquella modestia y sencillez que presumen las personas que como usted, no hacen distinciones a nadie.
¿Cómo comenzaba?, ¡ah, claro!, ya recuerdo, el pequeño Rodolfito, aquel niño mal vestido con ropa remendada, desde su más tierna infancia se ganaba la vida vendiendo los panecitos que su madre hacía, en su natal Ramonal Rio Hondo, en Quintana Roo, a la vez que ayudaba en las labores del campo a sus abuelos, este niño inquieto e inteligente, dio muestras de ello en una anécdota tantas veces relatada en las reuniones familiares, cuando en una ocasión siendo niño su abuelo lo castigó por una travesura, haciéndolo desgranar una pila de mazorcas con las manos, y él no dispuesto a pasarse el día cumpliendo aquel castigo, inventó un desgranador con alambres y pequeños trozos de madera; cumpliendo su castigo en un santiamén, cuando su abuelo vio que le hizo trampa al castigo, le dio otra pila para desgranar y el muy pillo le hizo trampa nuevamente.
Unos años más tarde, aquel niño, convertido en un jovencito, pero con la madurez de un hombre, se unió a los chicleros que iban a las montañas a hacer la colecta de la resina del árbol de chicozapote para hacer el chicle, y en una ocasión, estuvo a punto de perder una oreja, siendo víctima de la picadura de una mosca chiclera. Dedicado al trabajo incansable, fue entre otras cosas ayudante de mecánico, tomándole con esto, el gusto a las grandes maquinarias, y no teniendo tiempo ni medios para ir a la escuela, pero con un hambre insaciable de aprender, emprendió estudios por correspondencia, con el sueño en la mano de convertirse en un profesionista, y culminando sus estudios como Técnico Mecánico Diesel en la Hempill School, en la década de los sesentas.
Comenzó trabajando en empresas camineras como SOP y Coconal, en el año de 1968 se estableció en la pequeña Teapa, Tabasco, la Sultana de la Sierra, y quedó, completamente enamorado de ella, encontrando por fin un lugar el cual volvería su hogar por el resto de su vida, adoptó la gente del pueblito como suya, y comenzó a crecer, siendo aquí donde el inició, a base de esfuerzo y sacrificio su crecimiento, adquiriendo un camioncito de medio uso, luego otro y así, fue socio fundador de la Unión de Volteos de Teapa y posteriormente, decidió liquidarse de Coconal, para seguir creciendo por su cuenta y esfuerzo, era la hora de emprender un nuevo proyecto; En sociedad con el señor Don Euclides Ramos, fundaron Triturados y Construcciones de Chiapas, en el pueblo vecino, Pichucalco, Chiapas. Un tiempo más tarde, en el noventa, y en sociedad nuevamente con Don Euclides, fundó su legado CATSA, haciéndose cada vez más grande a base de propio esfuerzo y aquella característica perseverancia suya que lo acompaño hasta sus últimos momentos.
La vejez comenzó a adueñarse de su exterior, pero en el interior mantuvo siempre, ese joven con seria madurez y noble corazón, ese niño inteligente e inquieto. Pronto la muerte lo rozo en ocasiones, lo puso en peligro, estuvo en el hospital varias veces, y de aquellas salió triunfante, como si tuviera siete vidas igual que los gatos, como si no hubiese nada que pudiera vencerle, tal vez por eso, su familia le sintió seguro, le creyó tan fuerte, que la última vez que estuvo en el hospital, todos pensaron que saldría, pero, ya convertido en un hombre cansado, la muerte le toco una vez más, y un paro cardiaco arrebato su vida, el pasado 18 de febrero, pero no arrebató su alma, que ya flota en el cielo, tomando su lugar junto a Dios.
¿Conté bien la historia, Don Rodolfo?, ¿Se me ha escapado algo esencial?, Si bien ha faltado algo, es porque su historia es tan grande y hermosa, que un simple papel no basta para contarla, por ser la historia de alguien tan increíble como lo fue usted.
Solo me queda por agregar, que estoy muy segura, que llegó al cielo sin escala alguna, que está ahora mismo contemplando mientras escribo, que se quedara en cada uno de nosotros, por haber sido tan bueno, por ser tan querido. Me siento orgullosa, de llevar su sangre Don Rudy, de llevar su apellido, de haberlo conocido. Lo seguiré admirando y creo que todos lo haremos, aquella fuerza, aquel trabajo arduo e incansable, ésa humildad, esas ganas de dar. Un padre ejemplar, un esposo bueno, un abuelo cariñoso, un hombre amable, que fue siempre humilde, sencillo y que jamás negó una ayuda, aún cuando supiera que esa persona realmente no la necesitaba, siempre dispuesto a brindar la mano amiga a quien fuera, y con una cualidad admirable de fuerza. Se ganó usted a pulso, el cariño de la gente del pueblo y el título de teapaneco, pues será este siempre su hogar y Teapa le recordará, y su lugar estará aquí, nadie podrá ya llenarlo, pues era usted inigualable.
Es usted mi ejemplo, no lo olvidaran las personas del pueblo, ni sus hijos, ni sus nietos. Vamos a llevarlo siempre en el corazón.

Elba Doria Luque Espadas.
Teapa, Tabasco. Domingo, 6 de marzo del 2011.

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